A ti amada hija: Camila por siempre
Te recuerdo dulce con tu sonrisa de plátano maduro
y mirada amorosa teñida con corolas de ternura.
Eras la niña aquella de largas faldas,
de brillantes en tus turbantes,
la que transformó mis días en festines
y desvelos de regocijo.
Digo sonrisa de plátano maduro,
porque en ti todo era dulzura,
sonreías a pesar del dolor,
sonreías aún a punto de partir.
Digo sonrisa de plátano maduro,
mientras resuena en mi memoria tus carcajadas
que como campanario sosegaban mi ser.
En cada comida estaba tu sonrisa,
acompañando, alegrando
y balanceando el plato del día:
tajaditas doradas con bordes crocantes,
plátano pícaro o en tentación,
plátano con queso y bocadillo,
Sin dejar de lado las dulces
bananas frescas y maduras.
Digo sonrisa, digo melancolía,
digo hija de mis suspiros,
digo tu nombre, digo Camila
y una tibia cascada de lágrimas
baña mi sonrisa de plátano maduro.
***
Del
capítulo:
Preparaciones a
tu gusto, Camila
-del amor de
madre, sus dolores,
ausencias y esperanzas-
Concierto sobre el
fuego
© Dina Luz Pardo