Este invierno con brasa de lluvia
y fuego húmedo en sus aguas profundas,
Lo presiento en su voz de lluvia madura,
del calor y de este grado de humedad.
Es este sabor a invierno fértil,
fecundo, de intensas honduras.
En esta mañana un poco fría
y de nubes preñadas,
los tizones arden
y la cacerola está a punto de hervor,
mis muslos caramelizados
en salsa de invierno balsámico,
mis labios almibarados
con cerezas dulces rubí
y el envés de mi pecho descubriéndose para ti,
paso a paso se delatan ante tu mirada.
¡Vamos mi dulce encanto!,
saborea mi piel-lluvia, amor,
que me llueven las feromonas
y los abismos y mis tempestades.