Al ritmo cha cha chá de la cebolla


“La  lumbre alta recibió de golpe a la sartén
y ésta al aceite
y el aceite a la cebolla en juliana.
¡Cómo cantó la cebolla!,
en un crujir que se alargó en repetidas eses
puso a bailar mi boca
e imitarla suavecito y apretadito.
Bailaron mis labios,
se juntaron al sonido de consonantes
se abrieron al sonido de vocales
y otras con el ritmo del cha cha chá de la cebolla
al soltar sus jugos y aroma.

Él me observaba y de a poco se acercó.
Yo le dije que esperara,
que no rozara mis pechos
adormitados mientras cocinaba,